viernes, mayo 19, 2006

BOLIVIA: EL PROBLEMA DE LA TIERRA

La nacionalización de hidrocarburos y su reciente complemento: “la recuperación de la propiedad de las acciones de las empresas petroleras capitalizadas, ANDINA S.A., TRANSREDES S.A. y CHACO S.A., a cuyo fin las Administradoras de Fondos de Pensiones (BBVA Previsión AFP y Futuro de Bolivia AFP), están obligadas a transferir la titularidad de dichas acciones a YPFB, inmediatamente después de realizada la reversión, en un plazo no mayor a un día hábil administrativo”, causan problemas diplomáticos, políticos, comerciales y sociales a los países relacionados con Bolivia.
En Brasil, la nacionalización agudiza tendencias contra el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva. La gran empresa brasileña, la prensa y la oposición política, rechazan la nacionalización y la inamistosa actitud del gobierno boliviano contra Brasil.
En España, la carta al presidente José Luís Rodríguez Zapatero, firmado por Evo Morales, disculpándose de sus fuertes palabras en Viena, que recordaron la etapa colonial en el Altoperú (hoy Bolivia), ha pasado a segundo plano por la reciente medida expresada en el decreto 28711 que confisca las acciones administradas por las AFPs.
El malestar de la banca española y de instituciones de prestigio, son elocuentes y podrían influir respecto a la cooperación económica y sobre todo, hacer que marche activamente un frente de empresas españolas que no ve con buenos ojos al gobierno de Evo Morales.
El Banco Bilbao Vizcaya y Argentaria, cuya subsidiaria en Bolivia es la AFP Previsión, ha presionado al gobierno español, para que tome cartas en este delicado asunto.
La nacionalización y la entrega forzosa de las acciones en poder de las AFPs, son dos problemas que ponen en tela de juicio, las buenas relaciones de Bolivia con sus inversores. Es decir, la “recuperación de la propiedad estatal”, castiga más a los países relacionados directamente con las empresas petroleras, que a Bolivia en el corto plazo.
Redistribución de la tierra
Surge un tercer elemento en este proceso que atañe directamente a la estabilidad política, económica y social de Bolivia: La redistribución de la tierra.
Indudable, es un tema muy delicado y que involucra dos frentes, digámoslo, antagónicos. Uno, integrado por los productores de la agroindustria y toda la cadena productiva. Por ejemplo, ganaderos, madereros, castañeros y cultivadores de soya. El otro frente, organizado en el Movimiento Sin Tierra (MST), punta del iceberg que aglutina a campesinos de todo el país desde aproximadamente cinco años atrás. El Ministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Hugo Salvatierra, es un hombre muy cercano al MST.
Alvaro García Linera, presidente a.i. de Bolivia, anunció que la redistribución de tierras, eliminará “latifundios ociosos” y la entrega entre 2 a 4.5 millones de hectáreas de tierra al sector campesino. “La meta es reducir la pobreza de un 40 por ciento de la población que vive en el campo y la suerte de 650 mil familias con parcelas de sobrevivencia que ganan menos de 1 dólar por día, en condiciones parecidas a las de Somalia o Haití”.
El gobierno de Evo Morales y el partido Movimiento Al Socialismo (MAS), afirman que durante la primera Reforma Agraria (2 de agosto de 1953), realizada por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), apenas benefició al 5 por ciento del campesinado. Los grupos dominantes, se hicieron dotar de 32 millones de hectáreas, mientras que los campesinos apenas recibieron entre 1 y 2 millones de hectáreas de tierra.
“El sector empresarial ya tiene suficiente y no va a pedir más cuando muchas veces no producen”, agregó García Linera.

Las tierras dotadas por el Estado deberán ser usadas con una visión de sostenibilidad. De lo contrario, el gobierno las expropiará de inmediato, dijo el vicepresidente y actual presidente interino de Bolivia.
La “segunda reforma agraria” tendrá de escenario principal, a los departamentos de Pando, Beni y Santa Cruz, oriente boliviano.

Pando, situado al noroeste de Bolivia, tiene una superficie de 63 mil 827 kilómetros cuadrados; el 5.8 por ciento de la superficie nacional total y es el quinto departamento más extenso del país. El 93.1 de este territorio está cubierto de bosques que contienen 272 especies de árboles y palmas. Además de la madera, Pando produce goma natural y castaña. La vocación de Pando, es la producción de goma, castaña y madera.

Beni, tiene una superficie de 213 mil 564 kilómetros cuadrados. Constituye el 19 por ciento del territorio nacional. Ocupa el segundo lugar en extensión territorial. Tiene grandes ríos navegables que desembocan en el Río Amazonas. Posee inmensas llanuras aptas para la cría de ganado. Su vocación es la ganadería y posee alrededor de 3 millones de cabezas de ganado vacuno. Además produce castaña y algo de goma natural.

Santa Cruz con sus 370.000 kilómetros cuadrados, es el más extenso de Bolivia, y ocupa la parte centro-oriental del país. Aunque predominan en su geografía las llanuras y espesos bosques ricos en maderas de construcción y ebanistería, una cuarta parte de su territorio está constituido por terrenos montañosos. Es el departamento productor de soya. Las Exportaciones No Tradicionales (ENT) despachadas desde Santa Cruz en la gestión 2003 alcanzaron la suma de 502 millones de dólares americanos en bienes agropecuarios, forestales, agroindustriales, y manufactureros. Experimentó un incremento superior al 19% en términos relativos respecto del 2002, equivalente a un crecimiento de las ventas por 82 millones de dólares en términos absolutos, lo que ha significado un gran aporte al desarrollo del país y la generación de empleo. Santa Cruz ha exportado más de 300 productos en el 2005, a la cabeza de oleaginosas: torta de soya (215 millones de dólares); aceite crudo de soya (99 millones); grano de soya (25,5 millones); azúcar refinada de caña (18,5 millones); aceite refinado de soya (17 millones); harina integral de soya (14,5 millones de dólares) y ventas de muebles de madera por 8 millones de dólares. El departamento de Santa Cruz, en los últimos veinte años, ha logrado desplazar el poder económico del occidente y además, en la actualidad, tiene gran influencia en el destino De Bolivia.
Es el promotor de las autonomías departamentales.

Ante el anuncio de varios decretos destinados a la redistribución de “tierras ociosas”, las instituciones cívicas y empresariales de Santa Cruz, han convocado al gobierno de Evo Morales a una reunión, mientras que en el occidente del país, una fracciòn recalcitrante del Movimiento Al Socialismo, inició la campaña contra el SI a la autonomía de Santa Cruz, rechazando cualquier compromiso con las autoridades, en particular con el Prefecto Rubén Costas. En las principales ciudades del occidente boliviano, los muros amanecieron con el “NO a la autonomía”, como una advertencia a los comiteístas de Santa Cruz que están en campaña por una franca descentralización. Santa Cruz, Beni y Pando, se reúnen de emergencia en la ciudad de Trinidad, Beni, este jueves, para tomar decisiones conjuntas.

Conclusión

El presidente interino de Bolivia, Alvaro García Linera, ha expresado con claridad, que la redistribución de tierras, es “sólo para los campesinos” y aunque aceptó el diálogo con autoridades, entes cívicos y empresarios de los departamentos de Pando, Beni y Santa Cruz, la decisión será una realidad en breve.
Si bien la nacionalización de hidrocarburos y la obligatoriedad de que las AFPs entreguen las acciones de las capitalizadas gratuitamente al Estado boliviano, han tenido amplia repercusión en el exterior, en Bolivia, han sido medidas que en la práctica no tocaron los intereses internos. El problema de la tierra, es vital no sólo para el Poder Ejecutivo que tiene muchas esperanzas en la dotación de tierras a las bases campesinas que, con seguridad votarían por el MAS en la Constituyente del 2 de julio, sino que, por otra parte, empresarios del oriente boliviano, podrían alzarse en contra de esta medida.

La redistribución de tierras, es un tema candente que ha despertado el recelo de los poseedores de grandes extensiones de tierra; de los soyeros, madereros, ganaderos y castañeros, grupo de gran poder económico-político y que se diferencia del resto del país, por su decisión de “defender las tierras”.
Si el gobierno boliviano no logra entendimiento con este poderoso sector, la estabilidad política y social podría sufrir deterioro y de ahí, a la ingobernabilidad, sólo hay un paso.