Por
Clovis Díaz
La
Paz, MAYO 2012.- (EL DIARIO).- Comentaristas que auguran un pletórico reinado del Estado Plurinacional
y su gobierno, están sorprendidos por la
vorágine de la Clase Media que, en cuestión de semanas (marzo y abril 2012), captó la vanguardia de diversos sectores
sociales descontentos, se posicionó como posible alternativa de cambio y
desvirtuó el análisis optimista de políticos y
militantes afines al indigenismo.
Recordemos
que la Clase media, hastiada del fracaso
programático de los viejos partidos
políticos, votó en masa por un gobierno
de nuevo tipo, cuyo candidato visible fue Evo Morales Ayma.
Aquella
trascendental decisión, habría sido revisada por el descontento y frustración
de miles y miles de bolivianos del campo y la ciudad que, al no encontrar
respuestas ni soluciones a sus perentorias necesidades, elevan el pendón del conflicto.
La inusitada
efervescencia de la Clase media en los primeros meses del 2012, explica
un fenómeno que va más allá de la protesta callejera: cuestiona al “proceso de
cambio” pues, la promesa de un mejor nivel de vida, ofertada en la campaña
electoral del 2009, según esta Clase y movimientos sociales disidentes con el
modelo, es falsa, demagógica.
La
mayoría de la población boliviana, no tiene acceso a fuentes de trabajo ni
oportunidades, mientras que el avasallamiento de los derechos ciudadanos y de
la propiedad privada, ahondan el encono y la resistencia contra el sistema oficial.
En
algo más de treinta meses, esperando inútilmente alguna señal positiva del Poder Ejecutivo, la Clase Media
se cansó de ser víctima al comprobar que está excluida; que su espacio vital de clase peligra por la imposición de un abstracto “socialismo indígena andino” con fuertes indicios de racismo intolerable.
Ante
las difíciles circunstancias que le agreden: crisis económica, crisis
energética, crisis de gobernabilidad, crisis en seguridad ciudadana, etc., duda
del sistema político que lejos de ofrecerle alternativas de mejor vida, le condena. En
consecuencia, la rebelión de la Clase Media, no es producto de la
oposición; tampoco es proyecto de
políticos que por su propia voluntad, dejaron el país; ni obedece a consignas
externas. Sencillamente, es reacción natural de Clase al sentirse ultrajada. Gana
escenarios de lucha política, porque no está dispuesta a perecer.
El descontento
y sus causas
Después
que la Clase Media votara por el cambio, apoyando al candidato del Movimiento
Al Socialismo (MAS), la corriente indigenista ganadora de las elecciones
generales del 2009, en su acto político de inauguración ocupó Tiwanaku, centro arqueológico
precolombino, en cuyas ruinas el nuevo mandatario constitucional Evo Morales,
fue aclamado como el primer presidente indígena, imagen que colmó de júbilo y
de orgullo a las comunidades de oriente
y occidente.
Entonces,
cobró mayor impulso la tesis indigenista de recuperar la identidad nativa, destinada a traer el pasado milenario al presente, perdido en el Siglo Diez y seis, cuando
España imperial violentó el estatus
comunitario del indígena, reduciéndolo
por siglos al de colono esclavizado.
El
siguiente evento, puso en práctica la Constitución
Política del Estado Plurinacional. La
nueva CPE, anuló en el papel, los términos históricos de República Unitaria de Bolivia; dio paso tal vez indirectamente, a interpretaciones radicales sobre autonomías comunitarias,
independientes, poseedoras de territorio
y recursos naturales propios, como legítima herencia precolombina.
La
bandera tricolor de Bolivia, refutada por encarnar a la República de 1825, fue desplazada
por la “wiphala” , emblema multicolor que representa según sus
promotores, a las etnias.
Grupos
altiplánicos y selváticos, influidos por esta
visión, mostraron fuerza en las principales ciudades bolivianas, portando
en sus marchas políticas símbolos que se creyeron sepultados desde el fracasado cerco indígena a la ciudad
de La Paz, en 1781.
La
exhibición pública y sostenida de la
simbología nativa, configuró en cuestión de semanas, elementos visuales destinados
a diferenciar, sin lugar a equívocos, a
la clase campesina-indígena, favorita
del poder político, de las demás clases sociales y en esencia, de la Clase Media.
Racismo
En
su desarrollo, el proceso de cambio despertó el racismo a la inversa que flotaba desde antaño.
Movimientos sociales de tendencia extrema, identificados racialmente, enfocaron
su resentimiento y revancha contra la
Clase Media culpable de la postergación indígena, según ideólogos que exaltan la vida
comunitaria del pasado.
He
aquí pequeños ejemplos. En la ciudad de La Paz, algunos transportistas de
raíces indígenas, no recogen a pasajeros “kharas”, es decir, no indígenas,
mientras que en la Administración Pública, funcionarios del partido gobernante, son
indiferentes a los requerimientos de los citadinos. Para ellos, cualquier
miembro de la Clase Media es invisible; no existe.
Cabe
mencionar a un grupo de mujeres del
Valle de Cochabamba, que exigió al
Organo Ejecutivo, cambiar el nombre de
la Plaza Murillo, La Paz, por el de un héroe indígena. Argumentaban
que Pedro Murillo, en el cerco de Tupac Katari a la ciudad de La
Paz, en 1781, combatió en el ejército realista español contra los indios sublevados.
Años
más tarde, Pedro Domingo Murillo,
comandó la Revolución del 16 de Julio de 1809, el primer grito
independentista. Fue colgado por las fuerzas españolas. Murillo, es un
símbolo paceño. Habitantes y estantes de La Paz cerraron filas contra la
descomunal exigencia, cercana a las posturas fascistas de la Segunda Guerra
Mundial.
Como
supuesto éxito de la economía oficial, un alto miembro del gobierno afirmó que medio millón de ciudadanos
bolivianos, pasó a engrosar la Clase
Media.
Olvidó
que cientos y miles de personas sin acceso a nuevos empleos y excluidos de
los proyectos oficiales, tienen un pie en
las filas del proletariado. La Clase Media, por la exclusión, está al borde de
la miseria.
¿Cuántos
profesionales egresados de las universidades,
para ganar un pobre salario
trabajan en vehículos del servicio
público? ¿Cuántos profesionales, salen a probar suerte en los países vecinos y
del mundo, dejando a su familia en el desamparo?
Propiedad privada
Desde
la dimisión del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en Octubre 2003, hasta la fecha, es constante la ocupación de tierras
privadas y de minas productivas, por movimientos sociales y grupos indígenas.
Vayan
algunos ejemplos: Avasallamiento de las tierras del Ingenio Azucarero “San
Aurelio; avasallamiento de tierras productivas de la Asociación de Productos
Oleaginosos y Trigo (ANAPO), Santa Cruz. Avasallamiento y entrega de tierras a
comunidades guaraníes en el Chaco. Avasallamiento de 400 hectáreas en el
departamento de Oruro. Avasallamiento de tierras por comuneros de Potosí y de Oruro, en enfrentamiento de
límites y recursos naturales. Avasallamiento de tierras pertenecientes a un
grupo católico, en el departamento de Cochabamba. Avasallamiento y “toma” de
terrenos ubicados en la región Sur de La Paz, por comunidades que proclaman su
derecho ancestral sobre ellos, etc., etc.
A
las ocupaciones periódicas de tierras privadas, se agrega la creciente inseguridad
de la Clase Media, temerosa de que sean enajenadas sus viviendas y casas. De acuerdo a un proyecto de
Ley, la propiedad privada urbana podría
ser incautada. En esa hipotética situación, se estaría vulnerando el Artículo
57 de la CPE que a la letra dice: “La propiedad inmueble urbana no está sujeta
a reversión”.
Otras causas
Entre
las causas que han colmado a La Clase Media, está el monopolio político del
Organo Ejecutivo, sobre la Asamblea Legislativa
y el Organo Judicial. En la práctica, no hay separación de los tres
poderes, por lo tanto, la institucionalidad del país es débil.
El
trato coercitivo contra periodistas y medios de comunicación, impacta en la Clase Media, así como la imagen distorsionada del ciudadano boliviano
en el extranjero, calificado de narcotraficante por la “cocaína boliviana” que
se produciría en áreas del país.
El
manejo displicente y contradictorio de las Relaciones Internacionales por la
Cancillería del Estado Plurinacional; el fracaso de la política marítima
boliviana, son factores que, tocan la sensibilidad de la Clase y de su
intelectualidad.
También
cuenta el impedimento ideológico que
rechaza la apertura de mercados para la exportación de productos nacionales. Causas
-- sin mencionar otras de dominio público-- que impulsan a los sectores de la
Clase Media, a buscar alternativas.
El conflicto social
En
este marco, la situación nacional es de crisis permanente. En tres años del
“proceso” la correlación de fuerzas va cambiando negativamente para el
Movimiento Al Socialismo (MAS).
Sectores
y grupos de gran fortaleza social, abandonaron prácticamente al MAS, desde
diciembre 2010, cuando el gobierno de Evo Morales decretó el alza de
hidrocarburos: la Central Obrera Boliviana (COB), el Consejo Nacional de Ayllus
y Markas del Qllasuyo (CONAMAQ), federaciones
de juntas vecinales de las ciudades de La Paz y El Alto, fabriles, pequeños
comerciantes, empleados públicos, gente sin empleo; grupos campesinos de todo
el país, etc., optaron por alejarse de la corriente indigenista.
La
crisis ejerció fuerte influencia en organizaciones populares, alejadas de la
sede de gobierno. La Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB),
comunidades del Territorio Indígena Parque Isiboro-Sécure (TIPNIS), y pueblos
guaraníes, rompieron lanzas con el gobierno, para impedir que una carretera
penetre el área de reserva ecológica.
El
balance político de la Octava Marcha del TIPNIS, que recorrió más de 600
kilómetros a pie, desde Trinidad, Beni, hasta la ciudad de La Paz, venciendo
dificultades climáticas y bloqueos de
“interculturales” el año 2011, es desastroso para el gobierno. Sacó a flote, como lo dijo un comentarista
indígena refiriéndose a una de las prácticas coloniales, el enfrentamiento de
“indios contra indios”.
El
estado de crisis social, activo el año pasado y los primeros meses del 2012, alarma al país:
Los conflictos económicos y de clase, se agudizan. En ciertos casos, se repiten
con mayor gravedad. Tal es la Novena Marcha del TIPNIS, que aglutina el
descontento de los departamentos orientales bolivianos, mientras acelera la
etapa descendente de la corriente indigenista de la parte occidental de Bolivia.
La vanguardia
de la Clase Media
En
este caótico período eclosionó el descontento de la Clase Media, que encontró
un grupo esclarecido, atrayente para las
clases sociales en conflicto con el gobierno del Movimiento Al Socialismo: el
cuerpo médico del sistema de Salud Pública.
Los
médicos asumieron su papel; colapsaron
las calles fortalecidos por el apoyo ciudadano, por la elocuente solidaridad
política del Magisterio, del
proletariado y de movimientos indígenas
disidentes.
Sería difícil entender, cómo y por qué un núcleo de
profesionales médicos, rebasa sus límites físicos y se transforma en cabeza
visible y aglutinante del descontento nacional en el que participan diferentes
clases sociales, si no aceptaríamos que tras la huelga médica esta la presencia
política y social de la Clase Media.
La
huelga ---contra el horario de ocho horas de trabajo; contra la crisis de medios
y estructuras obsoletas de los hospitales y clínicas del Estado-- se transformó,
por su discurso y su enfoque social, en máxima trinchera contra la política
oficial.
De
hecho, esta transformación influirá en la
Novena Marcha Indígena del TIPNIS, porque enlaza y aglutina intereses comunes del
descontento y del reclamo de los dos polos nacionales: occidente y oriente de
Bolivia.
El
gobierno, parece no haber comprendido la aguda situación; tampoco habría asumido que en nuestro país, ya no están sueltos y divididos los conflictos. La realidad es que
hay uno solo, gigantesco, unido, capaz de generar una situación diferente y
antagónica a la que vivimos quienes presenciamos el inicio de la rebelión de la
Clase Media. (clovisdiaz@yahoo.es).
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