La Paz, Lunes 16 de Julio de 2012 (EL DIARIO).- Ironía de la Historia: un resabio colonial
acudió en socorro del gobierno boliviano, aislando a los componentes de la
Novena Marcha del Territorio Indígena del Parque Nacional Isiboro Sécure
(TIPNIS), estacionados en La Paz.
Se trata de los “corregidores” que en número de cuarenta y cinco, con tuición en el TIPNIS, firmaron un Acta de
Entendimiento, aceptando la consulta previa destinada a establecer o no, la construcción de una carretera que
atravesaría el mencionado espacio territorial.
Los corregidores, asistieron en la noche del martes 3 de julio 2012, a
una reunión de alto nivel con los
ministros de la Presidencia, Juan Ramón Quintana; de Gobierno, Carlos
Romero; de Obras Públicas, Vladimir
Sánchez y de Medio Ambiente, Felipe Quispe.
Los corregidores suscribieron el Acta, en representación de la Subcentral TIPNIS; Subcentral Sécure y Consejo Indígena del Sur (CONISUR). El
Ministro de la Presidencia, dijo en esa ocasión, que otros once corregidores del Río Ichoa, no asistieron
a la firma del Acta porque esperaban en el lugar la visita del primer
mandatario.
El Acta de Entendimiento, según los portavoces oficiales, cumple con
la Ley 222, de acuerdo a exigencias del
Tribunal Constitucional Plurinacional.
Los indígenas de la Novena Marcha del TIPNIS, que acampaban en la
ciudad de La Paz, no asistieron a la
reunión convocada por el gobierno. Rechazaron la realización de la consulta
previa contenida en la Ley 222, porque la consideran tardía , de ribetes no
constitucionales y criticaron la actitud de los corregidores.
CIERRAN
EL CERCO
Los corregidores, cerraron y completaron el cerco táctico del
oficialismo tendido contra los
marchistas del TIPNIS, debilitándolos no sólo en el contexto de negociaciones,
sino también entre las numerosas etnias
que pueblan el Parque.
Está muy claro, que la estrategia de la Presidencia del Estado
Plurinacional, logró desvirtuar en algo la imagen de los marchistas y de sus
principales líderes. La campaña de propaganda política contra Fernando Vargas y
Bertha Bejarano, entre otros caudillos del TIPNIS, habría obtenido resultados
deteriorando la imagen de ellos.
OTROS
FACTORES
Sin embargo, en el aislamiento
político y sindical de los indígenas del TIPNIS, intervinieron otros factores que, a nuestro juicio, son:
a).- Retorno del Beni a la ciudad de La Paz, apenas concluida la exitosa Octava
Marcha del TIPNIS, con un contingente agotado mientras que en el centro
político, La Paz, se desarrollaban distintos procesos sociales con los cuales,
el TIPNIS, al parecer, no tenía contacto;
b).- Recorrido de más de 600 kilómetros
en constante subida, en pleno inicio del invierno; c).- Contingente disminuido que,
además, caminaba con niños y personas enfermas, tardando más de lo previsto en el
difícil recorrido hacia La Paz; d).- Escaso avituallamiento de provisiones,
agua y medicinas, antes de partir y durante el recorrido de la selva a la
cordillera; e).- Eventual ausencia del presidente de la Subcentral TIPNIS,
Fernando Vargas, en unos casos por enfermedad y en otros, por asistir a eventos
externos; f).- La inactividad del Pacto Social Indígena (PSI), integrado por
grupos disidentes al gobierno o que en su época pertenecieron al MAS; g).- El
arribo de los marchistas a la ciudad de La Paz, coincidió con el inicio de la
vacación escolar que, por supuesto, desmovilizó al gremio de Maestros y de
otras instituciones sindicales, coadyuvando indirectamente al aislamiento
indígena.
MALA
JUGADA
La Novena Marcha, jugó mal sus cartas. Por ejemplo: g).- No mantuvo
representación en nombre del TIPNIS, que participe de la huelga de médicos y de
otros sectores, dejando vacío por un
largo intervalo, el preponderante lugar que había ocupado la Octava Marcha del
TIPNIS en el influyente escenario paceño;
h).- Cuando ocurrió el amotinamiento de la Policía Nacional, los dirigentes de
la Novena Marcha, esperaron en la Cumbre que da acceso a la ciudad de La Paz, para
no ser involucrados por el oficialismo, en un supuesto golpe de Estado contra el primer mandatario; permitieron que el
gobierno neutralice el motín policial , en lugar de proyectar un acercamiento
con los policías amotinados. Luego, marcharon hacia La Paz, espacio de tiempo en
que el conflicto adquirió un punto de equilibrio. La convulsión social prácticamente mitigada.
El gobierno tenía las manos libres para afrontar cualquier emergencia.
La Marcha del TIPNIS, i).- Ingresó, debilitada al barrio de Miraflores. Tuvo
que ser escoltada por ciudadanos simpatizantes con la causa indígena, mientras
el gobierno movilizaba a otros sectores afines al oficialismo o recientemente
conquistados; j).- Al llegar a la Plaza Murillo, la Novena Marcha intentó “dar
una vuelta” frente al Palacio de Gobierno y luego salir del Kilómetro Cero. La
Policía evitó el ingreso; k).- Buscar un área para campamento y deambular por
el centro de La Paz, dispersó la atención del núcleo dirigente, de tal manera
que los TIPNIS, ya estacionados en las inmediaciones de la Vicepresidencia del
Estado Plurinacional, no comprendieron
que la situación había cambiado radicalmente entre la Octava y la Novena Marcha.
El escenario era otro, diferente y engañoso; l).-No asistir a la convocatoria
del gobierno, fue el último error de los indígenas rebeldes. Aportó el propio autoaislamiento
que, sumado al aislamiento político generado por el oficialismo disminuyó más
las posibilidades de readecuación de
fuerzas del TIPNIS y de sus aliados; ll).-
El apoyo de organizaciones sociales al TIPNIS ( COB, universitarios, maestros,
fabriles, mineros etc.), no revertiría el escenario político porque,
sencillamente el conflicto social, reiteramos, volvió a un punto de equilibrio,
aunque frágil, pero de enorme utilidad coyuntural para la estrategia del gobierno. La
ofensiva del TIPNIS; pasó a ser la contraofensiva del gobierno.
TACTICA DEL
GOBIERNO
Sin duda alguna, el tiempo que perdieron los marchistas del TIPNIS
---empleado en caminar más de 600 kilómetros de Trinidad a La Paz--- fue
aprovechado por los funcionarios encargados de neutralizar la Novena Marcha del
TIPNIS.
El oficialismo, nunca dejó de influir en las federaciones del Trópico
de Cochabamba y de estar en permanente contacto con sus dirigentes, entre
ellos, Edgar Tórrez, para que continúe la construcción de una carretera.
Recordemos que los cocaleros, tanto del subtrópico de Cochabamba, como de Los
Yungas de La Paz, en agosto 2011,
amenazaron en coincidencia con el Movimiento Sin Tierra (MST), activar una contramarcha en respaldo a dicha vía. En esos
días, el Canciller David Choquehuanca, hizo a maravillas el papel de
“secuestrado”.
En septiembre 2011, el gobierno para desmovilizar al TIPNIS, utilizó la denuncia de que algunos miembros de CONAMAQ
y del TIPNIS, tenían nexos con la Embajada de Estados Unidos. La Embajada
estadounidense, negó esa acusación.
No obstante, el director de la Agencia para el Desarrollo de las Macro
Regiones y Zonas Fronterizas (ADEMAF), pidió la expulsión de USAID, por “apoyar
y financiar” la marcha indígena del TIPNIS. La estrategia del oficialismo,
pretendía involucrar a Estados Unidos y Organizaciones No Gubernamentales, como
supuesto apoyo internacional a los
marchistas.
En junio 2012 , pocos días antes del arribo de la larga columna
indígena a La Paz: k).- El gobierno convenció a una fracción del
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qllasuyo (CONAMAQ), al mando de Carmelo
Titirico, para que abandonara la alianza CONAMAQ-TIPNIS.
La fracción además de renegar de la alianza con el TIPNIS, exigió la
renuncia de Rafael Quispe quien denunció el 17 de agosto del 2011, durante la
Octava Marcha del TIPNIS; “que el aparato estatal busca dividir a los indígenas
con la política que siempre aplicó, en base a la teoría de Maquiavelo de
dividir para reinar. El gobierno ha tratado de crear otra Central Obrera Boliviana
(COB); de crear un CONAMAQ paralelo. En varias marchas, el oficialismo las ha
dividido como ocurrió con la Central Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB)”,
agregó.
En cuanto a la campaña de propaganda oficial 2012: l).- Su continua y
reiterada difusión marchó, valga el
término, siguiendo los pasos de los indígenas de la Novena Marcha,
desacreditándola, negando liderazgo a sus portavoces; ll).- La puesta en escena de los corregidores,
como parte social del Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro-Sécure, fue
determinante para desmovilizar, en última instancia, a los líderes indígenas y
sus seguidores acampados frente a la Vicepresidencia del Estado Plurinacional.
Este es el apretado resumen de errores y logros de
los dos frentes en disputa: TIPNIS y gobierno.
CONCLUSION
Los factores que citamos en el análisis de la Novena
Marcha del TIPNIS, nos permiten concluir
en que, para el gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), el tema de la
consulta previa dejó de ser un problema social, para convertirse en un apéndice
técnico de pronta realización.
Que la Novena Marcha, fue neutralizada con la misma
gente del TIPNIS. Remontándonos a los cronistas de la Colonia española, éste
sería un simple caso de “indios contra indios”.
Que la utilización de los corregidores, definió la
situación a favor del gobierno, pero abrió simultáneamente, un espacio de lucha
entre corregidores y etnias que se sienten “traicionadas” por su propia gente.
Que subyacen
nuevos conflictos contra la política oficial; contra un gobierno que no hace
cumplir las leyes del Estado Plurinacional; contra un gobierno debilitado por
los movimientos sociales, cuyo futuro político parece impredecible ante el
gigantesco desafío de la gobernabilidad
y el anuncio de una nueva escalada de conflicto social.
Que junto a la neutralización de la Novena Marcha
del TIPNIS, está deteriorada la supuesta influencia política de por lo menos
dos partidos políticos que habrían apoyado la Marcha, en provecho de su propia
campaña proselitista.
Que las acusaciones contra la supuesta influencia de
la Embajada de Estados Unidos en Bolivia, respecto a un nexo con dirigentes
indígenas, han caído por su propio peso.
En el caso del supuesto “golpe de Estado” la opinión
pública nacional, percibió que no existe una oposición unida ni dispuesta a
llevar los conflictos hasta el límite en que, el conflicto se transforma en un
arma política para la toma del poder.
LOS CORREGIDORES EN
LA COLONIA ESPAÑOLA
Nos queda aún referirnos a la historia de los
corregidores que, en la Colonia, encarnaron al verdugo de los indios
colonizados y que en el inicio del Siglo Veintiuno, son verdaderos sobrevivientes
del sistema colonial, tal vez, ejerciendo su oficio, sin las características de
los corregidores de hace más de cinco siglos.
A manera de ilustración ¿Quiénes fueron los
corregidores? El “Diccionario Histórico de Hispanoamérica”, de Annie Molinié-Bertrand,
Editorial Acento, dice: “Al Corregidor lo nombraba el rey o la administración
Colonial”. En el “Manual de Historia de Bolivia” de Humberto Vásquez
Machicado y Teresa Gisbert, Editorial
Gisbert, año 1963, se lee: “Corregidores, eran las cabezas de la ciudad o
región nombrados por el Rey; ejercían la suprema función administrativa y
judicial. Como justicias mayores, eran superiores a los alcaldes y como
Gobernadores, a los Cabildos. Debido a esto y que en ciertos casos fueron
cargos que se podían adquirir comprándolos, los corregidores constituyen una de
las lacras del dominio español en Amèrica y a ellos con pocas excepciones, se
debe la gran mayoría de abusos y depredaciones hechas a los indios, que
ocasionaron levantamientos de nativos tan frecuentemente en la época
virreinal”.
LOS CORREGIDORES Y
LA REBELION INDIGENA
Virgilio Roel Pineda, en su famosa obra: “Historia Social y Económica
de la Colonia”, editorial Gráfica Labor, Perú, año 1970, cita a la Audiencia
de Lima sobre el estado en que se encuentran las denominadas “reducciones” de
los indios sujetos entre otras autoridades españolas, a los corregidores: “Es
miserable ver el estado de la tierra por la opresión que padecen los indios
generalmente de todas las personas y más en particular de aquellas que tienen a
su cargo la observancia de las Ordenanzas y buen gobierno de ellos, que son los
corregidores y curas y caciques, todos los cuales pretenden enriquecerse con el
trabajo y sudor de los indios, que es causa que, desesperados con tantos
trabajos y con la obligación de asistir a las mitas, que es el mayor, dejan sus
propios lugares y reducciones y se huyen, de manera que está la tierra toda despoblada y los lugares desiertos”.
El abuso cometido por corregidores, en el ciclo que duró la Conquista
y hasta el Siglo Dieciocho, produjo grandes sublevaciones indígenas. La más
prolongada, radical y violenta, fue el Cerco de Tupac Katari, a la ciudad de La
Paz, en el año de 1781.
Siempre en el enfoque hacia los corregidores diremos que originaron en
parte, las rebeliones indígenas del
Siglo Dieciocho.
En efecto, el 4 de noviembre de 1780, el caudillo indio Tupac Amaru,
se reunió en la población de Tinta, con el corregidor de ese distrito, Antonio
de Arriaga para celebrar el día del rey. Durante la comida, el corregidor fue
apresado por Tupac Amaru. El cacique,
obligó a la autoridad española, a entregar todos los fondos que disponía la
administración colonial, en beneficio de la sublevación indígena que había
empezado. Poco después, el corregidor fue ahorcado en el pueblo de Tungasuca.
Después de la victoria de la batalla de Sangarara, en la que Tupac
Amaru venció a los españoles, el visitador Areche retornó de España trayendo
consigo una documento que abolía los corregimientos, el perdón a todos los
sublevados, excepto Tupac Amaru y sus curacas rebeldes.
MUERTE DE
TOMAS KATARI
Entretanto, en Potosí, el jefe de los indios de Chayanta, otro de los
sublevados en el AltoPerú (hoy Bolivia), Tomás Katari, retornando de Buenos
Aires, ciudad a la que viajó a pie, recorriendo tres ml kilómetros de camino,
en reclamos de sus derechos, se enfrentó al sistema colonial en la persona del
Corregidor Alós. Veamos lo que dice el “Manual de Historia de Bolivia”, obra
citada: “La sublevación de Chayanta.- Anualmente, el corregidor Alós recorría
su corregimiento haciendo las listas de los que debían servir en las minas(…)
Camino de Pocoata, Alós fue sorprendido por los indios que lo amenazaron
en Guancarani, presa de miedo, prometió
soltar a Tomas Catari (que estaba preso), y rebajar los impuestos (…) Poco
después, la “Audiencia, para salvar a Alós dio libertad a Catari. Alós fue promovido de su puesto (…)En
venganza, Catari fue apresado
nuevamente…cuando una multitud de indios
salió a su rescate, encontrándolo en Chacatilla donde a la vista de la
masa indígena, el caudillo Catari fue despeñado (por los españoles), el 19 de enero de 1781”.
REBELION DE
TUPAC KATARI
Y finalmente, valga traer de ejemplo, la obra de María Eugenia del
Valle de Siles: “Testimonios del Cerco de La Paz” . Tupac Katari, que en
realidad se llamaba Julian Apaza, unió
el nombre de Tupac Amaru y el apellido de Tomás Katari, para rebelarse como
Tupac Katari, contra el dominio español y por supuesto, contra los verdugos de
la masa indígena: los corregidores.
En abril de 1781, un mes aproximadamente después que comenzó el cerco
de Tupac Katari a la ciudad, se estableció un parlamento entre los indios
alzados y el Oidor Tadeo Diez de Medina. Los indios, aceptarían la paz siempre y cuando “se les entregara a los
corregidores (cuatro eran los que estaban en la ciudad)”.
(clovisdiaz@yahoo.es).
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