lunes, mayo 07, 2012

LA REBELION DE LA CLASE MEDIA



Por Clovis Díaz


La Paz, MAYO 2012.- (EL DIARIO).-    Comentaristas  que auguran  un pletórico reinado del Estado Plurinacional y su gobierno, están sorprendidos por  la vorágine de la Clase Media que, en cuestión de semanas (marzo y abril 2012),  captó la vanguardia de diversos sectores sociales descontentos, se posicionó como posible alternativa de cambio y desvirtuó el análisis optimista de políticos y  militantes afines al indigenismo.

Recordemos que la  Clase media, hastiada del fracaso programático  de los viejos partidos políticos, votó  en masa por un gobierno de nuevo tipo, cuyo candidato visible fue Evo Morales Ayma.

Aquella trascendental decisión, habría sido revisada por el descontento y frustración de miles y miles de bolivianos del campo y la ciudad que, al no encontrar respuestas ni soluciones  a  sus perentorias necesidades,  elevan el pendón del conflicto.

 La inusitada  efervescencia de la Clase media en los primeros meses del 2012, explica un fenómeno que va más allá de la protesta callejera: cuestiona al “proceso de cambio” pues, la promesa de un mejor nivel de vida, ofertada en la campaña electoral del 2009, según esta Clase y movimientos sociales disidentes con el modelo,  es falsa, demagógica.

La mayoría de la población boliviana, no tiene acceso a fuentes de trabajo ni oportunidades, mientras que el avasallamiento de los derechos ciudadanos y de la propiedad privada, ahondan el encono y  la resistencia  contra el sistema oficial.

En algo más de treinta meses, esperando inútilmente  alguna señal positiva del Poder Ejecutivo,  la Clase Media  se cansó de ser víctima al comprobar que  está excluida;  que su espacio vital de clase  peligra por la imposición de un  abstracto “socialismo indígena andino”  con fuertes indicios de racismo intolerable. 

Ante las difíciles circunstancias que le agreden: crisis económica, crisis energética, crisis de gobernabilidad, crisis en seguridad ciudadana,  etc.,  duda del sistema político que lejos de ofrecerle  alternativas de mejor vida, le condena. En consecuencia, la rebelión de la Clase Media, no es producto de la oposición;  tampoco es proyecto de políticos que por su propia voluntad, dejaron el país; ni obedece a consignas externas. Sencillamente, es reacción natural de Clase al sentirse ultrajada. Gana escenarios de lucha política, porque no está dispuesta a perecer.


El descontento
y sus causas

Después que la Clase Media votara por el cambio, apoyando al candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), la corriente indigenista ganadora de las elecciones generales del 2009, en su acto político de inauguración  ocupó Tiwanaku, centro arqueológico precolombino, en cuyas ruinas el nuevo mandatario constitucional Evo Morales, fue aclamado como el primer presidente indígena, imagen que colmó de júbilo y de orgullo  a las comunidades de oriente y occidente.

Entonces, cobró  mayor impulso  la tesis indigenista de recuperar  la identidad nativa, destinada a  traer el pasado milenario al presente,   perdido en el Siglo Diez y seis, cuando España  imperial violentó el estatus comunitario del  indígena, reduciéndolo por siglos al de colono esclavizado.

El siguiente evento,  puso en práctica la Constitución Política del Estado Plurinacional.  La nueva CPE,  anuló en el papel, los  términos  históricos de República Unitaria de Bolivia;  dio paso  tal vez indirectamente,  a interpretaciones radicales sobre autonomías comunitarias, independientes, poseedoras de  territorio  y recursos naturales propios, como  legítima  herencia precolombina.

La bandera tricolor de Bolivia, refutada por encarnar a la República de 1825, fue desplazada   por la “wiphala” ,  emblema  multicolor que representa según sus promotores, a las etnias.

Grupos altiplánicos y selváticos, influidos por esta  visión, mostraron fuerza en las principales ciudades bolivianas,  portando  en sus marchas políticas símbolos  que se creyeron sepultados  desde el fracasado cerco indígena a la ciudad de La Paz, en 1781.

La  exhibición pública y sostenida  de  la simbología nativa,  configuró  en cuestión de semanas, elementos visuales destinados a diferenciar, sin lugar a equívocos,  a la clase campesina-indígena,  favorita del poder político, de las demás clases  sociales y en esencia, de la Clase Media.

Racismo

En su desarrollo, el proceso de cambio despertó  el  racismo a la inversa que flotaba desde antaño. Movimientos sociales de tendencia extrema, identificados racialmente, enfocaron  su resentimiento y revancha contra la Clase Media culpable de la postergación  indígena, según ideólogos que exaltan la vida comunitaria del pasado.

He aquí pequeños ejemplos. En la ciudad de La Paz, algunos transportistas de raíces indígenas, no recogen a pasajeros “kharas”, es decir, no indígenas, mientras que en la Administración Pública,  funcionarios del partido gobernante, son indiferentes a los requerimientos de los citadinos. Para ellos, cualquier miembro de la Clase Media es invisible; no existe.

Cabe mencionar a  un grupo de mujeres del Valle de Cochabamba, que  exigió al Organo Ejecutivo,  cambiar el nombre de la Plaza Murillo,  La Paz,  por el de un héroe indígena. Argumentaban que  Pedro Murillo,  en el cerco de Tupac Katari a la ciudad de La Paz, en 1781, combatió en el ejército realista español contra los indios sublevados.

Años más tarde, Pedro Domingo Murillo,  comandó la Revolución del 16 de Julio de 1809, el primer grito independentista.  Fue colgado  por las fuerzas españolas. Murillo, es un símbolo paceño. Habitantes y estantes de La Paz cerraron filas contra la descomunal  exigencia, cercana  a las posturas fascistas de la Segunda Guerra Mundial.

Como supuesto éxito de la economía oficial, un alto miembro del  gobierno afirmó que medio millón de ciudadanos bolivianos, pasó a engrosar  la Clase Media.

Olvidó que cientos y miles  de personas  sin acceso a nuevos empleos y excluidos de los proyectos oficiales,  tienen un pie en las filas del proletariado. La Clase Media, por la exclusión, está al borde de la miseria.

¿Cuántos profesionales egresados de las universidades,  para ganar  un pobre salario trabajan en vehículos del  servicio público? ¿Cuántos profesionales, salen a probar suerte en los países vecinos y del mundo, dejando a su familia en el desamparo? 

Propiedad  privada

Desde la dimisión del gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en Octubre 2003, hasta  la fecha, es constante la ocupación de tierras privadas y de minas productivas, por movimientos sociales y grupos indígenas.

Vayan algunos ejemplos: Avasallamiento de las tierras del Ingenio Azucarero “San Aurelio; avasallamiento de tierras productivas de la Asociación de Productos Oleaginosos y Trigo (ANAPO), Santa Cruz. Avasallamiento y entrega de tierras a comunidades guaraníes en el Chaco. Avasallamiento de 400 hectáreas en el departamento de Oruro. Avasallamiento de tierras por comuneros  de Potosí y de Oruro, en enfrentamiento de límites y recursos naturales. Avasallamiento de tierras pertenecientes a un grupo católico, en el departamento de Cochabamba. Avasallamiento y “toma” de terrenos ubicados en la región Sur de La Paz, por comunidades que proclaman su derecho ancestral sobre ellos, etc., etc.

A las ocupaciones periódicas de tierras privadas, se agrega la creciente inseguridad de la Clase Media, temerosa de que sean enajenadas sus  viviendas y casas. De acuerdo a un proyecto de Ley, la propiedad privada urbana  podría ser incautada. En esa hipotética  situación, se estaría vulnerando el Artículo 57 de la CPE que a la letra dice: “La propiedad inmueble urbana no está sujeta a reversión”.

Otras causas

Entre las causas que han colmado a La Clase Media, está el monopolio político del Organo Ejecutivo, sobre la Asamblea Legislativa  y el Organo Judicial. En la práctica, no hay separación de los tres poderes, por lo tanto, la institucionalidad del país es débil.  

El trato coercitivo contra periodistas y medios de comunicación, impacta  en la Clase Media, así como la  imagen distorsionada del ciudadano boliviano en el extranjero, calificado de  narcotraficante por la “cocaína boliviana” que se produciría en áreas del país.

El manejo displicente y contradictorio de las Relaciones Internacionales por la Cancillería del Estado Plurinacional; el fracaso de la política marítima boliviana, son factores que, tocan la sensibilidad de la Clase y de su intelectualidad.

También cuenta  el impedimento ideológico que rechaza la apertura de mercados para la exportación de productos nacionales. Causas -- sin mencionar otras de dominio público-- que impulsan a los sectores de la Clase Media, a buscar alternativas.

El conflicto social

En este marco, la situación nacional es de crisis permanente. En tres años del “proceso” la correlación de fuerzas va cambiando negativamente para el Movimiento Al Socialismo (MAS).

Sectores y grupos de gran fortaleza social, abandonaron prácticamente al MAS, desde diciembre 2010, cuando el gobierno de Evo Morales decretó el alza de hidrocarburos: la Central Obrera Boliviana (COB), el Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qllasuyo (CONAMAQ),  federaciones de juntas vecinales de las ciudades de La Paz y El Alto, fabriles, pequeños comerciantes, empleados públicos, gente sin empleo; grupos campesinos de todo el país, etc., optaron por alejarse de la corriente indigenista.

La crisis ejerció fuerte influencia en organizaciones populares, alejadas de la sede de gobierno. La Confederación Indígena del Oriente Boliviano (CIDOB), comunidades del Territorio Indígena Parque Isiboro-Sécure (TIPNIS), y pueblos guaraníes, rompieron lanzas con el gobierno, para impedir que una carretera penetre el área de reserva ecológica.

El balance político de la Octava Marcha del TIPNIS, que recorrió más de 600 kilómetros a pie, desde Trinidad, Beni, hasta la ciudad de La Paz, venciendo dificultades climáticas y bloqueos de  “interculturales” el año 2011, es desastroso para el gobierno.  Sacó a flote, como lo dijo un comentarista indígena refiriéndose a una de las prácticas coloniales, el enfrentamiento de “indios contra indios”.

El estado de crisis social, activo el año pasado  y los primeros meses del 2012, alarma al país: Los conflictos económicos y de clase, se agudizan. En ciertos casos, se repiten con mayor gravedad. Tal es la Novena Marcha del TIPNIS, que aglutina el descontento de los departamentos orientales bolivianos, mientras acelera la etapa descendente de la corriente indigenista de la parte occidental de Bolivia.

La vanguardia
de la Clase Media

En este caótico período eclosionó el descontento de la Clase Media, que encontró un grupo esclarecido,  atrayente para las clases sociales en conflicto con el gobierno del Movimiento Al Socialismo: el cuerpo médico del sistema de Salud Pública.

Los médicos asumieron su papel;  colapsaron las calles fortalecidos por el apoyo ciudadano, por la elocuente solidaridad política del Magisterio,  del proletariado y de movimientos  indígenas disidentes.

Sería  difícil entender, cómo y por qué un núcleo de profesionales médicos, rebasa sus límites físicos y se transforma en cabeza visible y aglutinante del descontento nacional en el que participan diferentes clases sociales, si no aceptaríamos que tras la huelga médica esta la presencia política y social de la Clase Media.

La huelga ---contra el horario de ocho horas de trabajo; contra la crisis de medios y estructuras obsoletas de los hospitales y clínicas del Estado-- se transformó, por su discurso y su enfoque social, en máxima trinchera contra la política oficial.

De hecho, esta transformación influirá en la  Novena Marcha Indígena del TIPNIS, porque  enlaza y aglutina intereses comunes del descontento y del reclamo de los dos polos nacionales: occidente y oriente de Bolivia.

El gobierno, parece no haber comprendido la aguda situación;  tampoco habría asumido que en  nuestro país, ya no están sueltos  y divididos los conflictos. La realidad es que hay uno solo, gigantesco, unido, capaz de generar una situación diferente y antagónica a la que vivimos quienes presenciamos el inicio de la rebelión de la Clase Media. (clovisdiaz@yahoo.es).


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